En el punto fronterizo de aquel 15 de agosto de 1540, que dividía las tierras ocupadas por los naturales Yarabayas, asentados desde San Lázaro a lo largo del valle
de Chilina, y los futuros solares a poblar por los españoles; es imposible resistir la tentación
de convocar espiritual e imaginariamente a ese Teniente de Gobernador que fue el fundador de Arequipa, don Garcí
Manuel de Carbajal y a ese Trece de la Isla del Gallo que fue su primer Alcalde, don Juan de la
Torre. AHermo
ellos qpreguisiéramos, en un ejercicio de imaginación, untarles, inquirirles por aquella Villa sa del Valle de
Arequipa que pusieron bajo
la protección de la Virgen Asunta.
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